En la cultura del honor, los líderes deben ser punta de lanza en las estructuras que dirigen, nunca un líder auténtico fue alguien denostado por propios y extraños. Alguien honorable sabe que su misión no es de inmediatez, sino a largo plazo, por ello, la ruta es larga, tediosa, tenaz, crear honor y morir siendo así lo han logrado los contados hombres célebres de la historia de la humanidad.
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